miércoles, 31 de diciembre de 2014

Aquello en lo que pensaba cuando hice esa pausa.

-Estás bien?
-si
-y cuando me vaya?

(Cuando se hubiera ido mi cama parecería un poco más grande, tendría que acostumbrarme sola a los espacios pequeños o nunca superare mi claustrofobia. Cuando se hubiera ido el frío ocuparía su lugar. No quería que se fuera, de algún modo los dos sabíamos que probablemente no volviera.

Algo falló, ¿de verdad sería que nuestros cuerpos no congeniaban? ¿De veras mi piel no iría nunca a ser capaz de acelerar la sangre por su cuerpo? Tanto se empeñó en decirme que no pusiéramos ningún sentimiento de por medio que empecé a verle como un cacho de carne, y yo sigo siendo vegetariana. Es curioso, renuncié a la carne casi al mismo tiempo que al amor. Se que es dañina, y por supuesto nunca me han gustado todos los tipos de carne, odio la sangrienta, es como si el pobre animal siguiera desangrándose ante mis ojos, y la que aunque nos empeñemos en llamarla poco echa está cruda, pero al mismo tiempo la echo de menos, la necesito para subsistir. La carne, como el amor, nos mantiene vivos al mismo tiempo que nos va matando lentamente.

Amor... No debería estar hablando de amor, no siento nada. No pienso en él cuando no estamos juntos, no necesito su atención constante y por supuesto no se me hace más difícil respirar cuando pienso en aquello de "solo amigos", pero se que me será difícil tenerle delante y no querer besarle, y si él no sentía nada, si  prefería acabar con todo esto ¿por qué no podía despegarse de mis labios? ¿Es posible que no me besase por gusto y realmente no pudiera?

Confieso que me gustaba mucho la forma en la que movía las manos cuando hablaba y lo inocente que parecía en el fondo, que fuera tan tímido y a la vez una de esas personas que pueden pasarse horas hablando. Me gustaba la idea de que, en un mundo paralelo, podría quererme sin  hacerme sentir abrumada por tanto amor, aun siendo tan sumamente cursi y ñoño como es. Pero yo no soy esa chica que está esperando, ni siquiera estoy segura de que esperara que todo pudiera llegar tan lejos: sin sexo pero con caricias a oscuras, largos minutos simplemente mirándonos y el roce de mi piel durante horas.

Nueve horas metidos en mi cama, sin duda es una larga despedida. Hablando de dejar todo lo que habíamos tenido en ese momento, quisimos hacer el últimos instante interminable. Interesante la manera en que un fallo puede acabar con algo que en mayor o menor medida y aunque por un tiempo limitado te hace feliz, pequeños errores que se llevan consigo pequeños momentos de felicidad. No llegaba sonriendo a casa, no me tiraba sobre la cama suspirando ni sentía que podía despegarme del suelo y volar pero estando juntos me pasaba un par de horas sin parar de sonreír, era capaz de estar calentita en noviembre y por el centro y todo sin parar de reír, y es una putada que el "todo o nada" o los estúpidos sentimientos que se supone que el "solo sexo" imposibilita acaben con eso. Pero llevar puestos o no unos calzoncillos lo cambia todo... ¿verdad?)
-no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario