miércoles, 31 de diciembre de 2014

En una cajita

He metido todos mis sueños en una cajita, y para que no se sintieran solos metí también todas las historias de amor que anhelaba y no fueron posibles. No es una caja muy grande, es pequeñita, pero tiene mucho fondo. A veces, cuando olvido por qué estoy luchando, abro la puerta, y despacito para que los moustrous que habitan en la oscuridad bajo las millones de escaleras que hay hasta el sótano, me siento en el suelo y abro mi cajita. La luz que sale de ella es hermosa y triste al mismo tiempo, años y años de corazón puesto en cada secreto que encierra la han mantenido caliente, pero yo estoy tan fría... Lali Esposito cantaba "I aunque de vos quiera escapar siempre me acuerdo que hay en mi alma un lugar donde te tengo", tú estás ahí, en el único lugar donde recordarte no duele, donde hasta es bonito, no tenía ningún lugar donde guardarlas y llevaban demasiado tiempo incordiando en la superficie, haciéndome sentir como si nuestra utopía no hubiera sido suficiente así que las guarde ahí, con el resto de cosas bonitas, y ahora eres un sueño más que soñar despierta, solo eso, el recuerdo de la idea perfecta de utopía. Así que disculpa si me cuesta aceptar que ya no eres un príncipe, quizás nunca lo fuiste y fui yo que no supe verlo, quizás ahora tampoco seas el malo del cuento. De todas formas, no estoy acostumbrada a esto, mejor regresar una y otra vez a mi cajita, donde solo eres luz, mi realidad ya me aporta la suficiente oscuridad, y es que amor mío, te has perdido, es como si hubiera un hombre malo paseando por ahí tu cuerpo y tus preciosos ojos azules, un jodido hombre del saco que me maltrata en tu nombre, por favor vuelve a ser un príncipe, no mí príncipe porque hace ya un tiempo que yo voy en un busca de otro cuento, además no soy una princesa, pero si, vuelve a ser un príncipe, uno bueno.

Veras, hay un chico, es guapo y listo y muy divertido, aunque él no se valora mucho, ojalá pudiera verse a través de mis ojos, pero no tengo recuerdos que esconder para siempre en la caja, solo un millón de historias de como todo sale bien y se da cuenta de que siente algo por mí que a veces sueño despierta. Con él va otro sueño, el mayor que tenido nunca, un sueño con telón rojo y vestidos de diosa griega, nunca seré fuego, nunca seré ella. Le voy a guardar al lado de todas las personas que me miran desde arriba, enfrente de mi padre antes de estar enfermo y de mí cuando no sabía de que iba el mundo, en lo mas hondo de mi cajita, donde contener la respiración al entrar en el salón de actos sea más fácil y esos pasitos de baile cada vez que salgo de casa ya no se den solos. En mi cajaita hay calles, hay parques enteros, todo Madrid, Roma e Inglaterra caben en ella, hay espacio hasta para ese beso valiente que nunca me perdonaré no haber dado, y todo el amor que le proceso al que siempre será su dueño. Guardo piezas de Lego y esos muñequitos que venían en los huevos Kinder a los que les podías cambiar las patas y la cabeza como recuerdos felices de papá, guardo el como te sentías en lo alto del columpio cuando casi llegabas a tocar el árbol, justo antes de saltar, me he sentido así demasiadas veces últimamente y siempre me hago daño al caer al suelo. Guardo mi voz a lo largo de los siglos, porque cada vez que canto el tiempo se hace más largo y no hay nada mejor que escuchar mi propia voz; amaré al que ame oírme cantar. Tuve que guardar todo lo que odias de mí, y ahora eres parte del tesoro que escondí para agradar a todo el mundo, parte de las canciones que no tarareo por la calle, de lo que no me atrevía a ser, de los momentos que no volveré a vivir con mi padre y de la niñez que se me escapa cada vez más rápido, parte de mí.

De puntillas, que el miedo no se despierte, hay un largo camino hasta abajo, nadie ha llegado nunca al final, las escaleras están llenos de los gallardos corazones rotos de insuficientes caballeros "perfectos", ay amigo! cuan importantes son los grandes defectos para llegar a mí. En mi cajita guardo el paraguas amarillo, para que cuando Ted venga sepa que soy yo lo que está buscando, aunque yo siempre he amado la lluvia, los besos bajo un paraguas inestable sentir su mano empapada cuando andamos por el centro. Me acuerdo de cuando tú mi amor querías uno, tú hermana lo guardaba debajo de la cama para regalártelo el día de tu cumpleaños, cinco días del mío. Muchas fechas señaladas y en cada una historia, halloweens, cumpleaños, 18s.... todo en mi cajita.

Ahora solo queda sacar todos los sueño, perder el miedo a fallar y permitir que mi luz lo inunde todo. Supongo que ya no es tiempo de jugar, me hago mayor y las paredes de mi panic room ya no me protegen. Dicen que en corazones acorazados no entra el sol, y el mío lleva más de diez años congelándose, no más!
Era hermosa, pequñita pero llena de cosas bonitas, era como la brisa de la mañana, ella sola era capaz de iluminar el sótano más oscuro que puedas imaginarte, parecía frágil y delicada pero siempre pudo con todo le que le echaras, todo cabía en ella. Te voy a echar de menos pequeña, 18 años son demasiados para que sigas conmigo, estoy tomando el control de mi vida y tengo que ser grande ahora. Te amo más de lo que he amado a nadie, cierto que no te dieron mucha cancha para poder ser tú, y jugar, y sentirte niña, pero siempre lo fuisteis dentro de mí. No puedo seguir resguardarme detrás de quien fui, eres extraordinaria, como de otro mundo, ha estado bien vivir a expensas de ti, pero ahora vuelve a la cajita, y quédate allí para siempre, duerme pequeña, prometo que me acabaré convirtiendo en uno de tus sueños, en la mujer que querías ser, pero ahora duerme, pequeña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario